sábado, 22 de septiembre de 2012

Noche de estrellas


Cuando era niña me gustaba dormir bajo el cielo de verano.
Un grupo de amigas llevábamos las tumbonas o los sacos,al techo de la casa ( terraza plana) y pasábamos la noche contemplando las estrellas.El alumbrado de la calle no era suficiente para atenuar ese cielo cuajado de brillantes astros. 
Mirábamos extasiadas, mientras nos hacíamos mil preguntas. Encontrábamos las constelaciones e identificábamos la estrella que nos pertenecía.
Nuestra fantasía nos permitía creer que cada estrella correspondía a una persona que se había ido al cielo .Hicimos la promesa que, por más lejos que nos llevara la vida, estaríamos brillando juntas en el más allá.
Pasábamos un buen rato tejiendo historias y  contándonos secretos, tratando de adivinar en qué estrellas estarían los héroes de la historia y los músicos clásicos.
De adolescentes, seguimos manteniendo nuestra costumbre, aunque no viviéramos cerca, nos veíamos en verano. 
Compartíamos los secretos bajo las estrellas y no olvidamos nuestro astro particular.
Formulábamos deseos al ver la fugaces y enviábamos a través de ellas, mensajes a nuestro primer amor.
Fueron pasando los años y la vida nos ha separado.Por las noches miro el cielo, no  el mismo. No veo mi estrella, pero me gusta creer que en cada una de éstas, están los seres que he perdido y que se han trasladado para acompañarme. Les digo cuánto los extraño y si veo una fugaz, pido volver a ver mi cielo particular en compañía de mis amigas.
En las noches cálidas de verano todo es posible. Nos desnudamos el alma como nos quitamos la ropa. Los sentimientos afloran como la fina transpiración a nuestra piel....la luna hace el resto.
"Prométeme, querido Martín, que me buscarás entre las estrellas, para permanecer a mi lado, y que nuestros hijos puedan identificarnos".
Se pusieron de pié. Mirta, tienes unas ideas peregrinas.No aguanto ni el saco ni el catre y está empezando a hacer frío. Te espero abajo. No tardes.



En mi pequeña ciudad se pueden ver las estrellas de los dos hemisferios, todas juntas. Es otro de los milagros de Littlenesstown, tan pequeña e insignificante a los ojos humanos.....tan grande al corazón.